Éste solía volver a su ciudad por San Fermín, y desde su habitación en Hotel La Perla les deleitaba con su Stradivarius a todos los presentes en la plaza del Castillo, que como es de esperar, siempre era aclamado.
Este paseo todavía es conocido con su "apodo" anterior, ya que vivía en la Calle Lindachiquía un procurador llamado Pedro Valencia, que ayudaba a muchas personas de los pueblos de alrededor. Y cuando éstos llegaban a Pamplona preguntaban por el Paseo de Valencia.
Por aquel entonces, el paseo era un barrizal en el que transitaba el ganado y estaba unido a la Taconera. A finales del S.XIX se construyó el bulevard que ahora conocemos.
Es muy transitado tanto por pamploneses como por turistas, ya que hace de nexo de unión entre "lo viejo" y el resto de Pamplona.
En 1885 el Ayuntamiento de Pamplona compró seis estatuas al Palacio Real de Madrid.
Monumento a los Fueros de Navarra |
Resulta curioso que este paseo sea popularmente conocido por un procurador que nadie conoce, sustituyendo al violinista internacional que le da su nombre oficial.
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